Tuesday, January 10, 2006

10.01.2006

Mirando a la luna…
¿Que hacemos cuando miramos a la luna? Que hacemos cuando soñamos, cuando imaginamos mundos distintos, lejanos, exóticos y místicos?

La verdad es que debo empezar diciendo que no lo sé. Y no lo podrías saber tu tampoco. Cada uno seguramente podrá contar historias de sus paseos por la luna. De sus sueños mas profundos de sus momentos mas creativos, de sus amores mas grandes.

Y aquí no hablo del ejercicio astronómico de sentarse a mirar los astros y los satélites que rodean nuestro planeta y sus pares vecinos no, nada de eso, por lo menos esta vez.

Me refiero a quién es capaz de escapar de la realidad para imaginar un mundo distinto. Para aquel que es capaz de “ver más allá”. Lo han hecho escritores como Julio Verne, lo han hecho científicos y lo han hecho miles de personas que se han embarcado en sueños imposibles en apariencia. Los que han amado regalan lo inimaginable en la luna, los que no han amado miran arriba en lo alto del firmamento buscando lo que aquí no han encontrado. Nos da la impresión de que en la luna podemos lograrlo todo. No me cabe duda que aquel que “mira a la luna” tiene mucho que ganar en la vida.

Ocurre que ayer me encontré a Andrés Navarro (prodigioso empresario chileno) hablando en la televisión de cómo el futuro podría deparar sorpresas para la producción de materias primas. Habló de la fusión atómica y de cómo podría en un futuro de cientos de años (o menos) lograr que voluntariamente fusionáramos átomos de diverso origen para crear las moléculas que quisiéramos. Podríamos crear metales, por ejemplo, y las economías del mundo se verían obligadas a reinventarse. Sobre todo la chilena que vive y muere por el cobre. Mencionó lo intensivo en generación de calor (una reacción exotérmica, se llama en química) y de cómo entonces la luna, nuestro satélite natural, se podría transformar en el lugar ideal para este tipo de procesos con tal grado de liberación de calor. Y aquí me sorprendí porque si bien parecía mas una película de ciencia ficción que seguro Ron Howard quisiera dirigir, y aunque sabemos que hoy parecen locuras, es fantástico ver como de verdad hay gente que esta dispuesta a pensar en grande. A imaginar lo imposible, diseñar escenarios que nos permitan reaccionar a tiempo frente a lo que pase. Cualquier cosa que pase.

El fin de semana estuve con algunos amigos relajándome en la playa y me di cuenta que lo que mas valoran de mi es que siempre “ando en la luna”. Pero en este buen sentido que explico. Me gusta imaginar grandes proyectos, me gusta pensar en lo impensable, darle vuelta una y otra vez a las cosas para ver que resulta…muchas veces nada. Seguiré intentándolo. Aunque a veces me canso, me frustro y me desanimo, gracias una y mil veces por el ánimo que me dan cuando recibo sus comentarios. Cuando me doy cuenta que también se han dado un espacio para pensar, aunque sea por un minuto, en lo invariable. Si llegamos a ser muchos podría terminar todo “variando” y quién sabe, tal vez para mejor.

Nos vemos…

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